El jueves 8 de junio comenzó este breve viaje de tres días. Mi acompañante en esta ocasión fue mi hija, y partimos desde el aeropuerto de Bahía Blanca hacia Aeroparque. Nuestro vuelo se demoró y, en consecuencia, aprovechamos para planificar nuestra estadía.
Alrededor de la seis de la tarde, a través de la ventanilla del avión empezamos a ver las luces de la ciudad. Buenos Aires nos recibió con temperatura agradable; imposible imaginar que estábamos por comenzar el invierno. Aprovechando el clima caminamos por calle Corrientes, donde teatros y pizzerías son el principal atractivo. Al caer la tarde, decidimos entrar al Paseo La Plaza, un lugar con numerosos bares y, en esta ocasión, elegimos una cervecería.
Al día siguiente cambió totalmente el clima, el frío fue quién nos acompañó en nuestra visita al Barrio Chino. Recorrimos locales comerciales y supermercados, pero nuestro objetivo era conocer el nuevo polo gastronómico, donde almorzamos. Nuestra elección fue una serie de platos orientales al vapor, entre ellos cerdo picante y croquetas de kanikama y langostinos.
Llegada la tarde nos fuimos a Palermo. Paseamos por el shopping y visitamos el jardín botánico, un hermoso espacio verde donde la naturaleza invita a disfrutar del lugar. Nos sirvió para conocer e informarnos acerca de las distintas especies vegetales que hay y cómo contribuyen a purificar el aire. A la noche cenamos en un bodegón, donde las comidas típicas norteñas eran la especialidad de la casa. Degustamos una excelente entrada de quesos y como primer plato un exquisito locro que nos transportó al norte de nuestro país.
Ya siendo el sábado, el subte nos llevó a Flores para realizar algunas compras. La calle Avellaneda nos recibió con sus negocios colmados de gente y sus veredas dispuestas para la venta ambulante. Nos fue imposible cumplir con lo que nos habíamos propuesto, las colas eran interminables y transitar fue un verdadero caos.
Nuevamente volvimos a Palermo, pero esta vez visitamos Plaza Serrano. Esta zona se caracteriza por la fusión de antiguas casas y modernos edificios. Sus calles adoquinadas estaban transitadas por numerosos turistas de diferentes países. En el centro de la plaza se ubica una feria de artesanos rodeada de bares, cafés y restaurantes.
Llegó el domingo; nos tuvimos que despedir muy temprano de Buenos Aires. Era de noche cuando abordamos el avión: fue un vuelo placentero y corto, igual que nuestro viaje.

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