Los efectos de la sequía extrema por el fenómeno climático denominado “La Niña” podrían extenderse más allá de los meses de diciembre de este año y enero de 2023, según advirtieron esta semana especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Tras conocerse esa estimación, asociaciones de productores agropecuarios y técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) realizaron un relevamiento geográfico de las regiones más afectadas hasta ahora y confirmaron que unas 7 millones de hectáreas están en la categoría de “sequía extrema”.
“Las pérdidas son millonarias, nos encontramos en una situación casi catastrófica porque estamos en unos 200 milímetros por debajo de la media anual, y esta realidad demora la siembra de soja y maíz”, dijo esta tarde Jorge Chemes, presidente de la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
Las provincias más afectadas por la fuerte sequía, son La Pampa, Buenos Aires y Santa Fe, consideradas las “zonas núcleo” en materia de producción agropecuaria.
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), aseguró que los rodeos también sufren la falta de agua. “Ya no sólo estamos preocupados porque no podemos completar el proceso de engorde, el drama es que se nos están muriendo de sed los animales”.
El cuadro es de una complejidad mayúscula. Los productores, a la par del desvelo por la escasez de lluvias, también se muestran escépticos con el Gobierno nacional porque advierten una especie de “desentendimiento deliberado” con el sector, según ellos, uno de los motores de la economía argentina.
Qué dice el pronóstico de los especialistas y los anuncios oficiales

Los meteorólogos estiman que recién en febrero podría revertirse “La Niña”.
De ser así, millones de hectáreas de campos argentinos no podrán avanzar con los cultivos y 2022/23 quedarán para las estadísticas como los años con mayor sequía extrema de los últimos 50 años.
El jueves se produjo una reunión entre productores y funcionarios en el Ministerio de Economía donde se acordaron algunas medidas de emergencia por la sequía extrema, que incluyen exenciones.
Allí avanzaron con una guía de autoevaluación que deberán realizar los hombres y mujeres de campo para saber si están alcanzados por las medidas de emergencia.
Entre los requisitos que se deben cumplir para percibir alguno de esos descuentos de impuestos figura tener campo en algunas de esas tres provincias con «sequía extrema», haber liquidado al menos el 40% de la última cosecha y demostrar el daño efectivo en en sus economías.
Al término de ese cónclave, en las puertas del Palacio de Hacienda, los productores expresaron a los medios que la propuesta oficial es “muy débil” y reclamaron no sólo alivios fiscales sino financiamiento para “sobrevivir hasta la próxima campaña de siembra”.
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